Esta es una carta que nunca te voy a enviar.
Está comprimida en cinco centimetros de irreverente y sobretodo pura necesidad.
Y bien
Y bien
la suerte me sonríe, soy yo la que se vuelve loca en cada rotación del mundo
y es que la vida está bien, está todo donde debe de estar...
creo que el secreto de la vida
Y que en tus besos, a veces
pero hay una ansiedad en mi pecho que me invita a lanzarme en abismos inherentes
que me llena los labios de temblores y me va absorviendo las gotas que tengo en los ojos
es el perdurable efecto de funambulista del delirio
y la ebriedad sin pies
ni cabeza.
Pienso que si te odias
Pienso que si te odias
vives bajo la paranoia
de pensar que todos
te odian por igual.
y que si tratas con la suerte
y que si tratas con la suerte
y las sonrisas
la vida sigue el flujo
creo que el secreto de la vida
está escondido en un instante.
Y que en tus besos, a veces
el instante se extiende casi como dos instantes.
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