miércoles, 11 de febrero de 2015

pt I

V: Hoy intento no hablar desesperadamente, pero es la única manera en la que siempre me han fluido las palabras: arrebatadas, viscerales, sin contexto ni piedad. ¿Sabes? sin ganas de decir algo digo todo lo que digo. Y... la rima... se desvanece. No sé si es esto un poema mal hablado o un ensayo sin-sentido. No sé lo que sé y lo que supe sólo lo creí saber. 

V: En este momento no me caería nada una cápsula espacio-temporal donde tú y yo habláramos de gatos y palabras.

O: ¿nada mal?

V: ...un lugar sin tiempo, y un tiempo sin lugar.

O: ¿O nada a secas?

V: eso, nada mal. Lo seco sólo me gusta en el desierto y en algunos autores.

O: Un lugar sin lugar, un tiempo sin hogar, un rostro sin espejo. 
Se me olvidó quién era, y es que quizás nunca lo supe. ¿Vaom, lo sabes tú? Creo que i
ntentaba entender algo que jamás existió. Ahora me siento confundida, asustada, me miro en el espejo y ya no entiendo a ese rostro pálido que me observa. Hoy me traicionaron las ganas, me venció el encanto transparente del pasar del tiempo. Voy caminando por recuerdos que me saben ya muy viejos, ya muy lejos... hoy me despertó la densidad de una tormenta en mis huesos.

V: ¿Cómo estás, Odri?

O: Todavía tengo esa vieja sensación contenida entre mis manos, en mis pechos. Las palabras se deslizan entre risas insospechadas desde la punta de la lengua. Se me van las horas. ¿Es ésto aún un sueño? ¿o será qué ya estoy durmiendo en realidades? ¿dónde está la alondra que conjura el amarillo de los días? Hoy me despertó el amargo perfume de la duda.

V: Hmm, ya veo... jaja, es curioso. Yo he soñado contigo y antier pude jurar que escuché tu voz.
Tranquila.

O: Vaom, me siento sola. No encuentro la puerta. ¿Por qué no me dejan huir? ¿¡para que quiero yo encontrar el sentido... si todo lo olvido!? Ojalá llovieran historias que me ayudaran a olvidar, qué bueno sería, de pronto, encontrar un cúmulo de imágenes vivas en la fuente.
¿He perdido la cabeza? tal vez sí, ¿sabes tú? ¡yo no sé!

V: Tic toc, el tiempo avanza. No olvides el reloj. Somos eternos Odri, no nos vamos, ni llegamos. Estámos aquí, yo estoy aquí, rodando entre los ejes. Pensando.

O: Sí, así se me van los días 
soñando. ¿Me escuchas?

(Silencio) (una voz surge del fondo) 

V: creo que todo lo que tenía que decirse ya fue dicho, te deseo un buen camino, qué hoy ya estoy en el lugar correcto. No es más que una incendiada cólera lo que toca a mi puerta, una explosiva histeria que me exige correr y saltar entre las sombras... ah, la palabra funge cómo alivio, me aligera el paso, me extiende pequeñas sonrisas cósmicas en los cúmulos del cuerpo. Te amo Odri.




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