Son mías las gotas de agua que escurren por el empedrado de la calle principal, Arturo.
Me deslavo a cada instante. No tengo remedio; mi instinto ocurre y la gota emerge... me mojo de los líquidos permeables que primero me entibian el vientre e inmediatamente atraviesan la entrepierna para luego hacerse camino al río.
Estoy lloviendo. Mis ojos: dos diminutas cascadas. Mi lengua saliva cómo la de una fierecilla hambrienta. Mis tetas escurren el líquido del amor, bebe de mi.
Mira todo el cariño que va lavando las calles, todo esto derramado sin consuelo, sólo extendiéndose en busca de otras libertades; unas menos amargas, más tibiecitas, que se monten unas flores en la esquina o hagan crecer la hiedra del descampado. Qué le sirvan de algo al mundo, carajo.
...soy yo la lluvia que cae desde la montaña, querido... abre la boca.
Me deslavo a cada instante. No tengo remedio; mi instinto ocurre y la gota emerge... me mojo de los líquidos permeables que primero me entibian el vientre e inmediatamente atraviesan la entrepierna para luego hacerse camino al río.
Estoy lloviendo. Mis ojos: dos diminutas cascadas. Mi lengua saliva cómo la de una fierecilla hambrienta. Mis tetas escurren el líquido del amor, bebe de mi.
Mira todo el cariño que va lavando las calles, todo esto derramado sin consuelo, sólo extendiéndose en busca de otras libertades; unas menos amargas, más tibiecitas, que se monten unas flores en la esquina o hagan crecer la hiedra del descampado. Qué le sirvan de algo al mundo, carajo.
...soy yo la lluvia que cae desde la montaña, querido... abre la boca.
(Fragmento) "toutes les heures"
Getsemaní Otero
Getsemaní Otero
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