amanecer en el golfo
arena en los ojos
andar salada en el día, en la noche, en los sueños
estar lejos de las tensiones de lo cotidiano
volar, planear y aterrizar en un árbol de mangos
un árbol de mangos de almohada
y la luna de mapa.
Luego vas tu con tu querer, queriendo sueños rojos de sangre solar
y luego yo con mi querer, que no es más que un beso que me llegue hasta los huesos;
concluir en el mar, saberme mar,
contar con una aleta uniforme
un azul uniforme,
estabilizarme en el inmenso espesor, hasta no saber dónde termina mi cuerpo;
hasta olvidarme de mi cuerpo.
Saborear el silencio
el sentido perdido
un gris tan sobrio, tan blanco y musical, sin brillo, matizado, un gris tan seco y blando y negro, un gris tan lejos y tan nada, éste gris sin luna y tan dentro de todo. El gris extraño, sin sexo, sin sueño, tan arriba y sin tormentos
el sentido perdido
un gris tan sobrio, tan blanco y musical, sin brillo, matizado, un gris tan seco y blando y negro, un gris tan lejos y tan nada, éste gris sin luna y tan dentro de todo. El gris extraño, sin sexo, sin sueño, tan arriba y sin tormentos
un gris tan gris, sin ritmo, amorfo, grosero y todo menos silencio...
y todo menos gris.
Confundida es mi bandera
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