martes, 26 de junio de 2012

Senderos nebulosos

Éste ir caminando por senderos de palabras,
acomodarlas, darles su espacio propio.
Necesitar esculpirlas y expandirlas en lo externo...
y más que necesidades:
                                  el perderme en las ventanas, los cerrojos,
no caber entre el quicio de la puerta
y soñar soñar soñar en melodías sin son
vivir de cada letra, cada una de las letras.
Y hacer pausas
                      escaleras
sólo para rehuir de las garras de la monotonía
y encontrarme frente a una espuma de poemas
                                                                     y la espuma del silencio.


viernes, 22 de junio de 2012

Espacios espesos

Quiero milonga
amanecer en el golfo
arena en los ojos
andar salada en el día, en la noche, en los sueños
estar lejos de las tensiones de lo cotidiano
volar, planear y aterrizar en un árbol de mangos
un árbol de mangos de almohada
y la luna de mapa.
Luego vas tu con tu querer, queriendo sueños rojos de sangre solar
y luego yo con mi querer, que no es más que un beso que me llegue hasta los huesos;
concluir en el mar, saberme mar,
contar con una aleta uniforme 
un azul uniforme,
estabilizarme en el inmenso espesor, hasta no saber dónde termina mi cuerpo;
hasta olvidarme de mi cuerpo.
Saborear el silencio
el sentido perdido
un gris tan sobrio, tan blanco y musical, sin brillo, matizado, un gris tan seco y blando y negro, un gris tan lejos y tan nada, éste gris sin luna y tan dentro de todo. El gris extraño, sin sexo, sin sueño, tan arriba y sin tormentos
un gris tan gris, sin ritmo, amorfo, grosero y todo menos silencio...
y todo menos gris.

Confundida es mi bandera

jueves, 7 de junio de 2012

Apaga las luces

I.
Una danza lenta, silenciosa, con esporas en el aire.
No quiero crecer
¡que deje de avanzar el tiempo en mi!
que la danza de la luna se congele,
que mi voz sólo estalle en mil silencios y se haga
                                                                         brisa,
que regrese al fondo del mar.
II.
Escu(l)pir; llorar, gritar, rogar... luego darme cuenta que no hay nada afuera.
Dentro lloro, grito, ruego, dentro
                                                   lo siento;
no hay frecuencia en mi latido.
III.
Mira
una burbuja de silencio sube por mi traquea;
es una serpiente deslizándose en mi interior.
                                         Podría mostrártela,
                                compartir contigo mis secretos,
dejarte entrar sin pensar en lo que ocurra,
                                                                                                       no.
Explotar mi esencia contigo dentro de mi, dando vueltas en mi interior. Parir la intriga.
IV.
El enigma, ese dragón vestido de luna e interprete de mis pasiones.
Me gusta ir sabiendo que la vida es una rueda, que tú eres una rueda y yo giro en tus engranes.
Minimizar el espacio
perderme en las percepciones
nacer y morirme en mi
despertar cada mañana con una nueva historia.
V.
A veces olvido, olvido latir.
Se me borra de la cara mi esqueleto y me convierto en holograma,
voy una vivencia sin latido, llena de ruidos y silencios, de deseos.
Otras veces sólo quiero vivir en el impulso que hoy me precipita a correr, a saltar en abismos y bajar a la playa, sumergirme en el mar... sentir el peso, sentir la densidad del alma y levedad fundida en la sorpresa hipócrita de no saber lo que pasó, luego llamarle, tal vez, la manía por lo mágico. 
VI.
Tormenta de imágenes acompáñame a desconocerlo todo y abrazarlo en silencio. 
VII.
Deshabitaré ese lugar sin nombre, sin color, sin forma, sin ritmo.
VIII.
Lo real no se puede palpar, es espacio, aire, silencio pero nada de eso.