Caía un ser del sol, alado, en llamas.
Ardía, quemaba la
obscuridad.
Yo le vi caer desde mi núcleo, le vi caer.
Lento cayó desde algún
abismo ¿o sería un sueño?
Yo le vi flotar en la nada abisal,
sumergido en un llanto a carcajadas
me tocó una cuerda, dos, no lo sé.
Las tomó con sus ojos en los míos y estrujó
todo aquello que vibraba dentro de mí.
Caía en un espiral y sus lágrimas
rozaban el rocío de mi piel
se fundieron,
se abrazaron en la noche espesa y
tocaron una tela,
seda.
"Alcanzaron la muerte más sutil, donde todo arde en
silencio, explotaron, avanzando enlazados a lo infinito, donde el cielo y el
infierno tienen el mismo tacto, dolor y centro"
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