Aquí en el límite de la ciudad, que no es un límite si no el principio de una extensión de ciudades, recuerdo un film que vi hace poco más de 3 años. Una toma como un laberinto, una ciudad y un pueblo subterráneo. La misma situación pero a pequeña/grande escala. Reporducción: 10:1000.
A pesar de los distintos centros, todos los diferentes modelos de pensamiento, las ideas opresivas, las liberales, la sombra, la luz, los paradigmas idiotizantes, las luchas, los discursos políticos, los gritos de algún indignado y la "capacidad" que tenemos de diferenciar ambas, todos, señores, somos parte de lo mismo. Aquí estamos, ¡Vaya dios a saber pa'que! (valga la redundancia) y... ¡seguimos estando! Ahora bien, nos resulta una molestia (particularmente lo es para mi) el hecho de tener que acatar leyes, cumplir con las normas que la sociedad impone, sí, "sociedad". Estamos en transición, mal que bien adaptandonos a los cambios y no tan cambiados sucesos del sistema, circulando en las corrientes políticas, por más apática que sea nuestra postura ante las situaciones actuales; tenemos la necesidad de comer, que nos es intercambiada por aceptación a la jaula de concreto ¡aquí estamos! con los ojos abiertos y llenos de recuerdos, con acceso a la biblioteca cibernética de la Internet y la capacidad de razonamiento que a tanta gente se le es opacada con los tabúes religiosos, los sistemas "adormecentes" de educación, o peor aún la falta de recursos. Cuando era niña, pensaba en la felicidad que gozaban los indígenas de poder vivir sin limitaciones, en pleno contacto con la naturaleza. Conforme pasa el tiempo me doy cuenta de que no es así, la globalización toca parejo, minerías, sequía, hambre; ya no hay muertes masivas por que no es "bien visto", no las hay de una manera tan evidente. Pero las hay de una manera más sutil y silenciosa y eso hace caer un poco mi esperanza. ¿Ahora qué? Tenemos que prepararnos, compartir experiencias y no olvidar los sucesos, los patrones históricos, mucho menos nuestro origen, lo fantástico, esa parte espectral e inexplicable de nosotros. Está muy bien compartir la información, "bloggear", "clickear", me parece de suma importancia, pero no hay que olvidar que hay muchísima más gente, la mayoría de la población; fuera del alcance de tal información, no todos tienen acceso a la nebulosa supercondesada. Es una era de alienación, algo que ya sabemos y lo hemos repetido hasta el cansancio. Pero no es la única cara de la moneda, el fatalismo es una opresión indescriptible. Lamentablemente conforme pasa el tiempo va quedando poco (por no decir nada) de espacio para el nómada independiente que le da la espalda a la alienación (ya que sea como sea "nuestro sistema" (pregunta itinerante: ¿quién es el sistema?) se ha ido encargado de que las ovejas no se escapen del rebaño a lo largo de la historia, desde la colonización hasta la época actual, claro con distintos modus operandi, antes las opciones eran casi nulas: "todo el pueblo debe ser bautizado, los que no, morirán cual ganado" ahora tenemos el sistema de educación y todo lo mencionado hace unos cuantos renglones.) Pero no estamos encerrados, no podemos siquiera pensar en la posibilidad de excusarnos en que "no podemos hacer nada" Nosotros, los que tenemos un acceso más amplio a la privacidad, al "libre albedrío" tenemos la responsabilidad de cargar con el cambio "Un paradigma no es sólo un instrumento en las manos del orden dominante, sino igualmente la construcción de defensas, críticas y movimientos de liberación”. No hay que olvidar, ningún sistema es inamovible, todo ésta en constante cambio y nada permanece en su sitio, ni siquiera los pozos. Estamos rodeados de luces encendidas y apagadas, de botones activados y sin actividad. Hay piezas flojas, de eso no hay duda. Hay herramientas de lucha, pensamientos colectivos, olas de disgusto, se emana el deseo de cambio. Creo que no es viable ningún camino ya trazado, y aquí es donde surge mi pregunta: ¿Es posible un cambio totalmente radical, sin violencia? El poder arrancar la hierba de raíz, ¿o es mero cuento de ficción? Y si es la utopía y el cambio fuese bordeando a la torre poco a poco hasta derrumbarla, ¿qué sigue? ¿qué pasaría después?
...Desde mi punto de vista, así como el resto del pequeño texto; es sumamente necesario que se acate el sonido de la naturaleza, la evolución creativa, los estallidos de locura que nos guardamos bajo la ropa, abrir los ojos y ver que la vida, lo que queda de ella está realmente afuera de la jaula.