miércoles, 29 de febrero de 2012

Laberinto


Aquí en el límite de la ciudad, que no es un límite si no el principio de una extensión de ciudades, recuerdo un film que vi hace poco más de 3 años. Una toma como un laberinto, una ciudad y un pueblo subterráneo. La misma situación pero a pequeña/grande escala. Reporducción: 10:1000.

A pesar de los distintos centros, todos los diferentes modelos de pensamiento, las ideas opresivas, las liberales, la sombra, la luz, los paradigmas idiotizantes, las luchas, los discursos políticos, los gritos de algún indignado y la "capacidad" que tenemos de diferenciar ambas, todos, señores, somos parte de lo mismo.  Aquí estamos, ¡Vaya dios a saber pa'que! (valga la redundancia) y... ¡seguimos estando! Ahora bien, nos resulta una molestia (particularmente lo es para mi) el hecho de tener que acatar leyes, cumplir con las normas que la sociedad impone, sí, "sociedad". Estamos en transición, mal que bien adaptandonos a los cambios y no tan cambiados sucesos del sistema, circulando en las corrientes políticas, por más apática que sea nuestra postura ante las situaciones actuales; tenemos la necesidad de comer, que nos es intercambiada por aceptación a la jaula de concreto ¡aquí estamos! con los ojos abiertos y llenos de recuerdos, con acceso a la biblioteca cibernética de la Internet y la capacidad de razonamiento que a tanta gente se le es opacada con los tabúes religiosos, los sistemas "adormecentes" de educación, o peor aún la falta de recursos. Cuando era niña, pensaba en la felicidad que gozaban los indígenas de poder vivir sin limitaciones, en pleno contacto con la naturaleza. Conforme pasa el tiempo me doy cuenta de que no es así, la globalización toca parejo, minerías, sequía, hambre; ya no hay muertes masivas por que no es "bien visto", no las hay de una manera tan evidente. Pero las hay de una manera más sutil y silenciosa y eso hace caer un poco mi esperanza. ¿Ahora qué?  Tenemos que prepararnos, compartir experiencias y no olvidar los sucesos, los patrones históricos, mucho menos nuestro origen, lo fantástico, esa parte espectral e inexplicable de nosotros. Está muy bien compartir la información, "bloggear", "clickear", me parece de suma importancia, pero no hay que olvidar que hay muchísima más gente, la mayoría de la población; fuera del alcance de tal información,  no todos tienen acceso a la nebulosa supercondesada. Es una era de alienación, algo que ya sabemos y lo hemos repetido hasta el cansancio. Pero no es la única cara de la moneda, el fatalismo es una opresión indescriptible. Lamentablemente conforme pasa el tiempo va quedando poco (por no decir nada) de espacio para el nómada independiente que le da la espalda a la alienación (ya que sea como sea "nuestro sistema" (pregunta itinerante: ¿quién es el sistema?) se ha ido encargado de que las ovejas no se escapen del rebaño a lo largo de la historia, desde la colonización hasta la época actual, claro con distintos modus operandi, antes las opciones eran casi nulas: "todo el pueblo debe ser bautizado, los que no, morirán cual ganado" ahora tenemos el sistema de educación y todo lo mencionado hace unos cuantos renglones.) Pero no estamos encerrados, no podemos siquiera pensar en la posibilidad de excusarnos en que "no podemos hacer nada" Nosotros, los que tenemos un acceso más amplio a la privacidad, al "libre albedrío" tenemos la responsabilidad de cargar con el cambio "Un paradigma no es sólo un instrumento en las manos del orden dominante, sino igualmente la construcción de defensas, críticas y movimientos de liberación”. No hay que olvidar, ningún sistema es inamovible, todo ésta en constante cambio y nada permanece en su sitio, ni siquiera los pozos.  Estamos rodeados de luces encendidas y apagadas, de botones activados y sin actividad. Hay piezas flojas, de eso no hay duda. Hay herramientas de lucha, pensamientos colectivos, olas de disgusto, se emana el deseo de cambio. Creo que no es viable ningún camino ya trazado, y aquí es donde surge mi pregunta: ¿Es posible un cambio totalmente radical, sin violencia? El poder arrancar la hierba de raíz, ¿o es mero cuento de ficción? Y si es la utopía y el cambio fuese bordeando a la torre poco a poco hasta derrumbarla, ¿qué sigue? ¿qué pasaría después? 

...Desde mi punto de vista, así como el resto del pequeño texto; es sumamente necesario que se acate el sonido de la naturaleza, la evolución creativa, los estallidos de locura que nos guardamos bajo la ropa, abrir los ojos y ver que la vida, lo que queda de ella está realmente afuera de la jaula.

sábado, 18 de febrero de 2012

Íes

"También se ha ocultado para nosotros en el fondo de los siglos portando con ella su secreto."
Sentada enfrente de un río menguado en luz. Ambiente canicular y agua carmesí. Sin puerta para saltar de flanco. Tengo un tesoro escondido en mi torso, detrás de mi carne, dentro de mis huesos.
Me siento aquí frente éste río a preguntarte ¿qué haces aquí? No hay más réplica que el movimiento de mi reflejo, turbio.
Estoy sentada frente a mi viendo el agua pasarme por los ojos. Sintiendo las corrientes de mi piel ¿Sabes cuál es el sentido del río? Escucha, se dirige a un abismo.
Uno más profundo pero no menos claro. Uno conocido, sin ser visto. Ya es un latido viejo en los cráteres del mundo. Ya es un sonido antaño en el tiempo de los rostros.
Estuve ahí con los ojos ciegos y la voz sin cuerdas, en las venas de la tierra. Ahora regreso al origen de mis sueños, a la sombra del olvido. Estoy aquí sin nada, sentada al margen de mi río con la boca de barro y las piernas sin suelo.

viernes, 17 de febrero de 2012

Escrúpulo



Me parece que vivo
que estoy entre los ruidos
que miro las paredes,
que estas manos son mías,
pero quizás me engañe
y paredes y manos
sólo sean recuerdos
de una vida pasada.
He dicho "me parece"
yo no aseguro nada.

Oliverio Girondo

miércoles, 15 de febrero de 2012

Aquí estoy

¿Cómo explicar todo ésto? Tantas historias, tanto y tanto sueño. ¿Cómo ser sin ser parado?
La voz que en todos se hace presente y nadie escucha, imágenes llenas de silencio que desenmascaran a la muerte. La poesía puede ser quizá la manera más sana de expresar tanto infierno. ¿De qué sirve ir sabiendo?

Sumergida en un espeso tunel, empapada
jugaba a no entender...
juraba.
Recuerdo esos ayeres, hace millones de años,
viendo esa luz al final.
Espectando.
Pedía, imploraba
con lagrimas en los huesos, pregonaba.
La habitación blanca de fotografías
sin rostros.
Recuerdos
lo que he dicho, lo que he mirado.
Y ¿qué vale pedir?
¿alguien me escucha?


viernes, 10 de febrero de 2012

Istigkeit

Torcida, incompleta. Siento ese vapor recorrer mi espina dorsal y subir por las enredaderas de mi cuello.
Las ganas de desaparecer en un suspiro y evaporarme para siempre. Repulsión a toda mirada que se cruza en mi camino.
Voy en la calle sin andar, encerrada en las cuatro paredes de mi caja de cartón.  Siento que no siento, no veo, no soy, y nada... no hay respuesta. Ésta ciudad se ha llevado una parte de mi.
¿Dónde estoy? me he perdido en un rincón de las entrañas y éstos cráteres, todo aquí es calor y sonidos espesos.
Seres abisales me rodean, esperando que la luz se apague para descender.
Incompleta.

martes, 7 de febrero de 2012

Pero no me dejes viva...





Sólo escuchaba tu aliento ir y venir a mi lado. Tus ojos viendo los míos y mi lengua en tus labios. ¿Cómo olvidar ese momento? la agitación, mi desnudez y tú mirada como puñal en mi pecho. 
Ojos de noche; nuestras siluetas en la sombra, en silencio me deslizabas en la danza del olvido. Extraño saberte cerca envolviendo mi cuerpo con el tuyo. Disfrazados de tormenta, tocando los límites de nada. 

T y e q e e a

viernes, 3 de febrero de 2012

Je refuse le temps


Inducción de espacio y fantasía.
cuántos sueños
cuánta vida
y la muerte
el olvido
he vivido de historias, de sed.